Por Ignacio Núñez →

Los costos marginales altos del sistema interconectado central parecen haber quedado atrás. Mientras que en octubre de 2014 el costo marginal promedio rondó los US$76/MWh y en mayo del 2015 alcanzó a subir hasta US$162/MWh, en octubre de este año cayó a US$36/MWh. ¿A qué se debe la caída?

La Figura 1 muestra el costo marginal promedio en la barra de Quillota 220 kV, una de las principales barras del sistema, entre octubre de 2014 y octubre de este año. Durante todo el verano y casi todo el otoño fue aumentando hasta alcanzar los US$162/MWh en mayo pasado. Sin embargo, desde entonces ha caído todos los meses y en octubre llegó a US$36/MWh, el costo marginal más bajo en mucho tiempo.

El Cuadro 1, que reporta los costos marginales en distintas barras distribuidas a lo largo del SIC, muestra un panorama similar. Tanto en las barras del Norte (Diego de Almagro y Cardones), como en las del Sur (Charrúa, Temuco y Puerto Montt) el costo marginal siguió la misma trayectoria que en la barra de Quillota.

La caída del costo marginal se le suele atribuir a tres causas: la lluvia y generación hidroeléctrica más abundantes durante el segundo semestre de 2015; el aumento de la generación con energías renovables no convencionales; y la menor congestión del sistema de transmisión. ¿Qué tan acertado es el diagnóstico?

 

Consideremos primero el agua. La Figura 2 muestra el costo marginal (eje vertical) y el porcentaje de la energía generada con agua entre octubre de 2014 y octubre de 2015. Si bien la relación es negativa (el coeficiente de correlación es ─0,72), difícilmente se le podría atribuir al agua la caída puntual del costo marginal que muestran la Figura 1 y el Cuadro 1. En efecto, en octubre de 2014 el costo marginal promedio fue de US$76/MWh y se generó el 59% de la energía con agua. Un año después, en octubre de 2015, el costo marginal había caído a poco menos de la mitad (US$36/MWh), a pesar de que la fracción generada con agua fue parecida 56% del total.

De manera similar, si bien la generación eólica y solar casi se duplicó entre octubre de 2014 y octubre de 2015, su contribución al total sigue siendo baja —sólo creció desde el 4% del total al 8%, insuficiente para causar la caída del costo marginal.

 

Por último, si la congestión hubiese sido la causa de los altos costos marginales observados en el nudo de Quillota hasta mediados de este año, las barras del Sur deberían haber registrado costos marginales considerablemente más bajos y la diferencia debería haber ido cayendo aceleradamente durante el segundo semestre de este año. Por el contrario, el Cuadro 1 muestra que durante todo el periodo las diferencias han sido pequeñas y los costos marginales de todas las barras se han movido juntos. De hecho, tal como muestra la última línea del Cuadro 1, la correlación del costo marginal entre cada barra y la de Quillota es cercana o igual a uno. Más aun. El costo marginal cayó en octubre de este año, a pesar de que hubo episodios de congestión tanto en el Sur como en el Norte.

 

¿Qué causó la caída de los costos marginales entonces? La Figura 3 muestra la oferta semanal de generación térmica en octubre de 2014 y octubre de 2015. Para construirla, se ordenaron las centrales térmicas disponibles de menor a mayor costo variable de operación (eje vertical) y se graficó su capacidad de generación semanal (eje horizontal). La figura muestra que la oferta de generadores térmicos se desplazó hacia la derecha — la generación térmica disponible a cada precio aumentó. Una razón es que el precio de los combustibles fósiles cayó. El Cuadro 2, que reporta el costo variable de generación de algunas unidades térmicas del SIC, muestra que el costo variable de las unidades a carbón disminuyó entre 11 y 20%; el de centrales a GNL entre 14 y 49%; y el de centrales a diésel entre 29 y 39%.

Quizás más importante, tal como se aprecia en la Figura 3, la disponibilidad de generación a carbón entre US$/50 MWh y US$ 75/MWh aumentó, en buena medida por la reposición de la unidad 2 de la central Bocamina en junio de 2015, la que se encontraba paralizada por litigios ambientales desde diciembre de 2013; y por la entrada de la unidad 5 de Guacolda (en pruebas desde julio de 2015). Estas dos centrales explican buena parte de la caída de los costos marginales observados en octubre de 2014 y octubre de 2015.

En conclusión, el costo marginal ha caído en el SIC porque aumentó la disponibilidad de generación térmica a carbón y porque cayó el precio internacional de los combustibles fósiles. Mientras se mantengan los precios bajos y el consumo de energía continúe creciendo a tasas modestas, estas condiciones seguramente se mantendrán y los costos marginales continuarán bajos.

Ignacio Núñez

Profesor Instructor en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes en Santiago, Chile. Ingeniero Civil de Industrias con diploma en Ingeniería Eléctrica y Magíster en Ciencias de la Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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