Por Cristián M. Muñoz y Alexander Galetovic →

El reciente acuerdo de París parece un logro diplomático sin precedentes. Sin embargo, es insuficiente para detener el cambio climático.

La euforia y los aplausos siguieron al acuerdo de París, al que concurrieron cerca de 200 países, y que entrará en vigencia 30 días después de que lo hayan ratificado al menos 55 países que sumen emisiones de CO2eq iguales o mayores que el 55% del total. El acuerdo reitera lo dicho en la COP-15 de Copenhague, a saber, que la temperatura no puede aumentar más de 2°C a fines de este siglo respecto de la época pre-industrial. Y por primera vez menciona un objetivo más ambicioso, limitar el aumento de la temperatura a no más de 1,5°C. Sin embargo, si los países cumplen con las reducciones que prometieron la temperatura aumentará en alrededor de 3°.

En efecto, en su World Energy Outlook, la IEA estima que para lograr la meta de los 2°C el 2100 no se pueden acumular en la atmósfera más de 3.010 GtCO2eq (giga toneladas de CO2equivalente)1, respecto del stock existente en la era pre-industrial. Visto que el mundo emitió poco más de 50 GtCO2eq en 2015, esto implica que, tal como muestra la línea verde del gráfico, las emisiones deberían caer cada año desde ahora en adelante y llegar a casi nada en 2100 (escenario IEA 2DS). Los compromisos anunciados recientemente en París, por contraste, implican estabilizar las emisiones anuales en poco más de 50 GtCO2eq (la línea roja y punteada en el gráfico) y acumular en la atmósfera unas 5.500 GtCO2eq a fines de este siglo (el escenario IEA 4DS). Con ello, la temperatura aumentaría alrededor de 3°C. A pesar de que los compromisos son insuficientes, los gobiernos se dieron plazo hasta 2020 para aumentar sus promesas de reducciones voluntarias. Peor aun, no es claro que los países pasarán suficientemente rápido desde las promesas con que llegaron a París a las acciones necesarias para ponerlas en práctica.

Por ejemplo, la China, el principal emisor de CO2, sólo se comprometió a que su peak de emisiones ocurrirá antes de 2030. Los Estados Unidos, por su parte, deben ratificar su compromiso en el Congreso, pero los Republicanos, que tienen mayoría en el Senado, ya dijeron que no apoyarán la agenda climática del Presidente Obama. Inglaterra parece estar revirtiendo sus políticas de apoyo a las ERNC. A ello se suma que tanto la China como Europa podrían estar subestimando sus emisiones actuales, lo que haría aun más difícil cumplir con la meta.

Hay indicios adicionales de que pasará algún tiempo hasta que los países comiencen a implementar lo que prometieron. Uno es que todavía no existe una metodología para monitorear el cumplimiento de lo que cada país prometió, mucho menos una institución que lo haga y que sea independiente de los países. Aunque la UNFCCC desarrollará una metodología que dirá cómo inventariar las emisiones, cada país hará su propio inventario. Los países se reunirán en 2018 para mirar qué ha pasado desde París, pero la primera evaluación de cumplimiento basada en estos inventarios se hará en recién en 2023 y de ahí se repetirá cada cinco años. Con todo, el incumplimiento no acarrea sanciones. Más aun, transcurridos tres años desde la fecha en que el acuerdo entre en vigencia, un país se podrá retirar unilateralmente del acuerdo.

El acuerdo promete fondos para enfrentar los costos de las medidas de mitigación y los efectos del cambio climático. Para ello, a partir de 2020 y hasta 2025 los países desarrollados aportarán US$ 100.000 millones anuales al fondo comprometido en 2009 en Copenhague, monto que podría aumentar en 2025. Sin embargo, recién durante las próximas conferencias se acordarán criterios de postulación y asignación de estos fondos. Más aun, el monto parece exiguo (equivale a menos del 0,15% del PIB mundial en 2015), y poco relevante si se compara con los costos que causará el cambio climático en algunas regiones del mundo. Tampoco se anunciaron fondos para investigación y desarrollo, a pesar de que para detener el cambio climático es necesario sustituir casi toda la energía fósil usada en el mundo e, incluso, capturar CO2 de la atmósfera. Eso sólo será posible en la medida que se desarrollen tecnologías no solo disruptivas, sino más baratas que la energía fósil (carbón, gas y petróleo), y que permitan capturar CO2 a bajo costo.

¿Qué implica el acuerdo para Chile? Chile se comprometió a reducir sus emisiones de CO2eq por unidad de PIB en 30% en 2030, respecto del valor del índice en 20072. Adicionalmente, tal parece que el compromiso de reducir en un 20% las emisiones al 2020, que Chile anunció en 2009, seguirá vigente y formará parte del Acuerdo de París. En la práctica, el gobierno debe fijar la cantidad anual de CO2eq a mitigar respecto de la línea base; decidir quién debe mitigar y qué mecanismos de mitigación serán aceptables; y optar por algún instrumento regulatorio, ya sea un impuesto general a las emisiones de CO2eq, o bien, permisos transables de emisión. Por el momento lo único concreto es que el grupo Energía 2050 cree que es posible y económico generar el 60% de energía eléctrica con energía renovable en 2035 y el 70% en 2050 y que, por eso, se puede cumplir con los compromisos sin costos para el país. Tal como en París, en Chile parece haber cierta distancia entre el compromiso y la acción.

En conclusión a pesar de que durante la conferencia se repitió que el cambio climático y sus consecuencias son inminentes, el mundo avanza poco. Tal parece que los riesgos son altos si el incremento de la temperatura sobrepasa los 2°C. En efecto, la IEA estima que si no se cumple con lo prometido y el mundo sigue como va (la línea negra en el gráfico), las emisiones anuales seguirán aumentando y el stock en la atmósfera alcanzará unas 7.700 GtCO2eq (el escenario IEA 6DS). Entonces la temperatura podría aumentar hasta 6°, lo que se estima podría tener consecuencias catastróficas.

Notas

  1. Una giga tonelada (Gt) equivale a 1.000 millones de toneladas.
  2. Chile podría aumentar su compromiso y reducir entre 35 a 45% en 2030, condicionado a que los países desarrollados lo financien, condición que parece un tanto improbable.

You may also like

One Response Comment

Leave A Comment

Please enter your name. Please enter an valid email address. Please enter a message.