El gas natural licuado (GNL) es gas natural que ha sido enfriado a -161.5°C, la temperatura a la cual el metano, su principal componente, se licua. El GNL ocupa un espacio mucho menor al gas natural (1 m3 de GNL equivale a 600 m3 de gas natural), pudiendo ser transportado en barcos especialmente diseñados para este fin.
La industria mundial del GNL empezó su desarrollo en respuesta a la crisis del petróleo surgida a comienzos de la década de los setenta, sin embargo, los altos costos de transporte, licuefacción y regasificación, limitaron su crecimiento. En efecto, el GNL es una industria intensiva en capital, que ha requerido de contratos de suministro de larga duración (más de 20 años), y con un precio indexado al petróleo.
Las exportaciones del shale gas producido en los Estados Unidos están cambiando la industria del GNL. Es así, que los nuevos contratos incluyen mayores flexibilidades, tienen una menor duración y consideran menores volúmenes. Por su parte, el precio del GNL se indexa al Henry Hub, que es el precio de intercambio del gas natural en los Estados Unidos (Reuters).
En 2016, el volumen total de GNL transado superó los 250 MTPA (millones de toneladas por año), unas cinco veces las transacciones de 1990. Por su parte, las transacciones de GNL, no incluidas en contratos de largo plazo, pasaron de ser casi nulas en 1990, a representar más del 35% en 2016 (2017 World LNG Report).
Una operación más flexible de las centrales a gas, debería traducirse en una operación menos costosa del sistema. La nueva dinámica de la industria del GNL debería ser incorporada en las rígidas normativas que regulan la declaración de los costos evitables de las centrales termoeléctricas, en los modelos de operación usados por el Coordinador y en los ejercicios de planificación que realiza por la Comisión Nacional de Energía.
Cristián M. Muñoz
Fundador de Breves de Energía.
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