El índice WTI, que marca el precio del petróleo en Texas, cayó un 4.2% el lunes pasado, bajando de la barrera de los US$70/b. La volatilidad del precio se explica por la interacción de factores que juegan en sentidos opuestos. De un lado, las tensiones comerciales entre los Estados Unidos y China y la decisión de la OPEP de aumentar la producción de crudo, alivian el precio. Sin embargo, los temores de una menor oferta de crudo de Irán, como resultado de las sanciones de la administración de Trump, y la disminución de la producción de Venezuela, presionan el precio al alza.
En Nueva York, la caída en los precios de los paneles solares fotovoltaicos (FV) y una regulación flexible están permitiendo que incluso los consumidores de electricidad en edificios se organicen en comunidades y vendan energía solar a la red. En esta modalidad, el dueño de un techo, puede instalar su propio generador solar, o bien, arrendarlo a un comercializador de energía. En Chile, la poca flexibilidad de la ley 20.571, que regula el net-billing, impide este tipo de intercambios.
El reciente reporte de la Agencia Internacional de Energía (IEA) señala que la inversión mundial en energías renovables en 2017 representó dos tercios del total, cayendo un 7% respecto del año anterior. La mayor caída en la inversión se dio en las centrales hidroeléctricas y eólicas, situación que continuaría en 2018. Sin embargo, los precios de los paneles solares FV cayeron en promedio 15%, llevando la inversión en energía solar FV a un nuevo record, siendo el 45% de origen chino. Por su parte, la inversión en centrales a gas disminuyó un 23% en 2017, y 18% fue la caída en las centrales a carbón. Estas son noticias decepcionantes, pues, la participación de los combustibles fósiles en la inversión energética debe reducirse al 40% en 2030, de modo de cumplir con las metas climáticas, en cambio aumentó levemente al 59% en 2017.