El yacimiento de Vaca Muerta, un total de 30 mil kilómetros cuadrados de gas y petróleo, está paralizado. La crisis económica, las negociaciones del gobierno de Alberto Fernández con el FMI y la promesa de un nuevo marco regulatorio para el sector congelaron nuevas inversiones. Las empresas trabajan sobre mínimos, a la espera de un escenario que les garantice rentabilidad en el largo plazo.

Con Vaca Muerta, Argentina pasó de tener un déficit de energía de 6.900 millones de dólares en 2013 a casi alcanzar el equilibrio en 2019, por una caída interanual de 33% de las importaciones de combustibles y energía, y una subida de 2,1% de las exportaciones. En enero de este año, sin embargo, el resultado exportador cayó 11,1%.

De hecho, la perforación en los campos de petróleo cayó un 25% desde agosto, la cantidad de equipos se derrumbó de 59 a 44 unidades, provocando un impacto en el empleo. Las perspectivas para este año no son alentadoras, porque al asumir el gobierno congeló los precios de la electricidad y el gas y luego de los combustibles. Cabe recordar que Chile es uno de los países a donde llegan las exportaciones del gas trasandino.

Los precios del petróleo registraron una leve alza el lunes, revirtiendo una caída a mínimos de varios años y  contrarrestando así las preocupaciones sobre el daño a la demanda por el brote de coronavirus. Arabia Saudita estaría presionando para hacer un recorte sustancial en la producción de petróleo en la próxima reunión de la OPEP y sus aliados, se habla de un recorte de producción de 1 millón de barriles adicionales por día.

El grupo energético italiano ENI señaló que su producción de petróleo y gas alcanzaría su punto máximo en 2025, ya que la compañía energética se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 80 por ciento para 2050.

Esta nueva estrategia se da a conocer cuando la industria está bajo intensa presión de los inversores y activistas climáticos para asumir la responsabilidad de su papel en el cambio climático. La compañía espera que su producción de petróleo, en particular, disminuya con el tiempo, ya que el gas representará el 85 por ciento de la producción total para 2050. En el pasado, se ha acusado de ser más bien retórica a los compromisos informados por empresas que como ENI, basan su negocio en los combustibles fósiles.

La compañía de petróleo y gas Royal Dutch Shell y la compañía de gas holandesa Gasunie planean construir una planta de hidrógeno en el norte de los Países Bajos durante la próxima década para reducir las emisiones.

Impulsada por un nuevo parque eólico en la costa de la provincia de Groningen, la planta podría producir 800 mil toneladas de hidrógeno para 2040, reduciendo las emisiones de CO2 de los Países Bajos.

La planta usaría una celda que permitiría convertir la electricidad en hidrógeno, que luego puede almacenarse para reconversión en energía o para uso industrial directo.

Por su parte, los camiones de 18 toneladas impulsados ​​por hidrógeno de Hyundai (005380.KS) saldrán a las carreteras en Suiza el próximo mes.

El hidrógeno es difícil de almacenar y la mayor parte se extrae del gas natural en un proceso que produce emisiones de carbono. Sin embargo, más de la mitad de la energía de Suiza proviene de la energía hidroeléctrica, el país tiene el potencial de extraer hidrógeno “verde” del agua con electrólisis, un proceso intensivo en energía, pero libre de carbono si funciona con electricidad renovable.

Sin duda, el hidrógeno verde de Suiza es mucho más caro que el diésel ahora, pero Hyundai espera que a medida que los gobiernos reduzcan las emisiones de carbono y el costo de producir combustible limpio caiga, se convertiría en un buen negocio.

El regulador de servicios públicos de California propuso una multa aumentada de US$ 2 mil millones a la empresa PG&E por su papel en causar los devastadores incendios forestales de 2017 y 2018 en el norte de California.

La decisión aumenta la multa en US$ 462 millones y sería la más grande jamás impuesta, señaló la Comisión de Servicios Públicos de California (CPUC).

Los investigadores estatales de incendios determinaron en mayo que las líneas de transmisión de PG&E causaron el incendio forestal más mortal y destructivo registrado en California, impulsado por el viento que mató a 85 personas en la ciudad de Paradise en 2018.

Karin Messenger

Editora de Breves de Energía.

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