BP acaba de anunciar que no incrementará su huella de carbono en los próximos 7 años. Plantea que reducirá las emisiones fugitivas de carbono y metano en sus pozos de petróleo y gas. En conjunto, las medidas equivalen a una reducción de un 7% de las emisiones relacionadas con sus operaciones.
Por su parte, la meta de Shell pareciera más ambiciosas, pues, se ha comprometido a que en 2050 reducirá un 50% la huella de carbono derivada de sus ventas de energía. Shell invertirá en generación eólica, biocombustibles y vehículos eléctricos (The Guardian).
Hace algunas semanas Shell publicó un estudio energético advirtiendo de la necesidad de transitar rápidamente desde los combustibles fósiles a energías que no emitan CO2.
Desde hace algún tiempo que las petroleras están enfrentado acciones legales, y presiones de sus propios inversionistas, con el fin de enfrentar más decididamente el calentamiento del planeta como consecuencia del uso de combustibles fósiles.