Según un reciente estudio más de la mitad de las centrales a carbón en Europa estarían casi en banca rota. Las razones son las severas políticas ambientales, las políticas climáticas que imponen un precio al carbono y los bajos precios a los que están llegando las centrales renovables. El mismo estudio señala que al 2030 la el 97% de las centrales a carbón estarán perdiendo dinero.
El estudio considera que entre 2024 y 2027 la producción de electricidad con centrales eólicas y solares FV será más barata que con centrales a carbón. Adicionalmente, las baterías y la respuesta de demanda tomarán mayor preponderancia en la prestación de servicios complementarios de red y en la reducción de la demanda de punta.
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