Por Fernando Díaz, Alexander Galetovic y Cristián Muñoz →

Se suele creer que el sistema de transmisión troncal está permanentemente congestionado. Sin embargo, la realidad es distinta: la congestión es episódica y, cada vez que una línea se congestiona, la congestión desaparece en dos o tres años.

SE suele decir que la regulación chilena de transmisión eléctrica es deficiente. Una de las consecuencias sería que las principales líneas estarían permanentemente congestionadas, lo que retrasaría las inversiones en generación y permitiría explotar poder de mercado. Algunos estudios afirman que la congestión sería consecuencia de la decisión “estratégica” para bloquearle la entrada a nuevos generadores. Pero ¿cuán frecuentemente se congestiona una línea? Y, cuando una línea se congestiona, ¿cuánto tiempo permanece en esa condición? Esta Breve responde estas preguntas.

La congestión en el sistema troncal, 2005-2014

El Cuadro 1 muestra los estadísticos descriptivos y de orden de la distribución de la congestión en las líneas del sistema troncal del Sistema Interconectado Central (SIC) entre 2005 y 2014; “1%” significa que la línea estuvo congestionada durante 87 de las 8.760 horas del año.

 

La media de todas las líneas se mantiene por debajo de 1% hasta 2008, se empina hasta 3,4% en 2001 y luego vuelve a caer por debajo de 1% en 2013 y 2014. La mediana es igual a cero durante cada año, salvo 2012, cuando se empina hasta 0,1%. Se puede concluir, por tanto, que la congestión en el sistema troncal no es generalizada.

 

¿Qué tan intensa puede llegar a ser la congestión en una determinada línea? La fila “máximo” del Cuadro 1 muestra la congestión máxima durante cada año y la fila siguiente muestra la congestión del percentil 90, es decir, el 90% de las congestiones observadas fueron inferiores al valor mostrado. El máximo varía bastante de año en año, desde 6% en 2014 hasta 31,3% en 2011 —- la línea de 309 km que conecta Ancoa con Polpaico en 500 kV —. Sin embargo, el percentil 90 es considerablemente más bajo y sólo supera el 1% en cuatro de los 10 años y durante el peor año, 2011, llega a solo 14,6%. De manera similar, el Gráfico 1 muestra la congestión máxima, media y mediana de cada una de las 41 líneas del sistema troncal entre 2005 y 2014. Por ejemplo, la línea número 1 es la que conecta Ancoa con Polpaico y, como vimos, estuvo congestionada durante el 31,3% de las horas de 2011. Sin embargo, entre 2005 y 2014 esa línea se congestionó, en promedio, sólo el 6,1% de las horas (534 horas de las 8.760 horas que tiene un año).

Más generalmente, entre 2005 y 2014 la congestión máxima superó el 20% de las horas en apenas cinco líneas y en 23 de las 41 líneas la congestión máxima fue menor que el 5% de las horas. Más importante aun, la congestión media de ninguna línea supera el 7,5% de las horas y en 23 de las 41 líneas es casi 0%. En realidad, y con la excepción de 2012, durante cada año la congestión sobrepasa el 10% en no más de tres líneas, tal como lo muestra la última línea del Cuadro 1. En resumen, en casi todas las líneas del sistema troncal la congestión es baja o nula la mayor parte del tiempo. Así, la creencia un tanto difundida de que el sistema de transmisión vive permanentemente congestionado no tiene asidero. Y la tesis de que la congestión es causada por generadores que “estratégicamente” bloquean la entrada no se sostiene.

Episodios de congestión

La tesis que liga congestión y comportamiento anticompetitivo descansa en la creencia que los generadores influyen en qué línea se construye o amplía y cuándo. Por cierto, tal creencia es un tanto peculiar, porque desde marzo de 2004 la ley 19.940 dice que la planificación del sistema de transmisión está a cargo de la Comisión Nacional de Energía quien cada cuatro años (2005, 2009, 2014 y así) contrata a un consultor independiente para valorizar el Troncal y para que diga qué líneas se deben ampliar y construir. Entre estudios, el CDEC monitorea el estudio y puede recomendarle a la CNE ampliaciones u obras nuevas si lo estima necesario. La CNE es quien aprueba la revisión del CDEC, la modifica o incluye nuevas recomendaciones. Finalmente, cualquier discrepancia con las recomendaciones del consultor o sus posteriores revisiones se puede llevar al Panel de Expertos. Como sea, conviene examinar algunos episodios de congestión que ocurrieron entre 2005 y 2014.

 

Tal como se aprecia en la primera fila del Cuadro 2, en 2005 y 2006 se congestionó la línea en 220 kV de 132 km que une Maitencillo en la V Región con Cardones en la Región de Atacama. Aunque la congestión alcanzó el peak en 2006 con 20,8%, recién en el estudio de 2005 el consultor recomendó la ampliación a un tercer circuito. Una vez que la línea se amplió la congestión desapareció a partir de 2008.

 

En el Sur, el tramo Charrúa-Esperanza (que forma parte de la legendaria línea Charrúa-Temuco) se congestionó moderadamente entre 2005 y 2008, en parte por el crecimiento de la demanda pero también porque la línea nueva que se había adjudicado Transchile en 2005 se atrasó 18 meses. Sin embargo, ampliada la línea la congestión desapareció.

 

El tercer episodio de congestión ocurrió en el anillo de transmisión que rodea a Santiago. Tal como se puede apreciar en el Cuadro 2, en 2010 y 2011 la congestión se empinó hasta 20% en el tramo Cerro Navia-Lampa-Polpaico en 220 kV. El consultor recomendó ampliar estas líneas en su estudio de transmisión troncal de 2005 pero la ampliación partió sólo después de la revisión anual del CDEC en 2006. Una vez en construcción, el equipo de control de flujos se atrasó 20 meses, y por eso la línea se congestionó por un tiempo.

 

De manera similar, la ampliación del tramo Alto Jahuel-Chena-Cerro Navia en 220 kV también se incluyó en el estudio de transmisión de 2005 y, una vez en marcha, la entrega se atrasó 31 meses; por eso hubo congestión en 2010 y 2011. Concluidas las ampliaciones, sin embargo, la congestión desapareció.

 

El episodio de congestión más importante de todo el periodo fue el de las líneas que unen Ancoa en la Región del Maule con Alto Jahuel y Polpaico en Santiago en 500 kV entre 2009 y 2011 (véase el Cuadro 2). Los grandes flujos de potencia desde el Sur hacia el centro de Chile durante años de lluvias abundantes, acrecentados por la inyección de las nuevas centrales Santa María y Bocamina 2 en la barra de Charrúa, congestionaron estas líneas. Puesto que el estudio de 2005 no consideraba la construcción de estas centrales, el consultor no recomendó la ampliación de este tramo. De este modo, recién en la revisión anual de 2009 se recomendó ampliar este tramo con un tercer circuito en 500 kV. Actualmente Elecnor está construyendo el tercer circuito en 500 kV entre Ancoa y Alto Jahuel, la cual se espera entre en funcionamiento en el presente año.

 

El episodio de congestión más reciente está ocurriendo desde los Vilos hacia el norte. En 2014 la línea se congestionó el 6% de las horas por la instalación de generación eólica y solar. Siguiendo la regularidad, se espera que la nueva línea en 500 kV entre Polpaico y Cardones entre en operación en 2018 y termine con la congestión.

 

De lo anterior se puede concluir que la congestión ocurre cuando el consultor no anticipa las necesidades futuras de transmisión; o bien cuando las ampliaciones o nuevas líneas en construcción se retrasan; o quizás, también, el inicio de obras se retrasa porque las empresas de transmisión no están dispuestas a iniciar obras sin que antes la CNE incluya la nueva línea o ampliación en el estudio de transmisión troncal (aunque los datos que presentamos no ponen a prueba esa tesis).

 

Al mismo tiempo, la congestión es episódica y desaparece rápido. De hecho, una regresión simple que reportamos en un trabajo que acompaña a esta Breve muestra que, en promedio, el 75% de la congestión de una línea desaparece en un año, el 94% en dos años y el 98% de desaparece al cabo de tres1. Los datos usados en este estudio se pueden encontrar en la sección Investigación de Breves de Energía.

Conclusiones

Se suele decir que la congestión de la red de transmisión es permanente. Sin embargo, entre 2005 y 2014 la congestión de la red ha sido episódica y solamente afectó a algunas líneas. Y cada vez que una línea se congestiona durante un año dado, las líneas se amplían y la congestión desaparece en dos o tres años.

 

Más aun. Los episodios de congestión que ocurrieron durante los últimos 10 años no fueron causados por decisiones de generadores. Antes bien, a veces el consultor contratado por la CNE no anticipó oportunamente la necesidad de ampliar o construir algunas líneas; o bien, las obras de ampliación o construcción tomaron más de lo proyectado. Y, por lo demás, alguna congestión es la otra cara de no sobreinvertir todo el tiempo operando con holguras caras e ineficientes. Como sea, la tesis anticompetitiva —“los generadores causan congestión permanente para bloquear la entrada”— no se sostiene.

 

No obstante lo anterior, el gobierno anunció una reforma radical de la regulación de la transmisión, que elimina los cargos por localización y los sustituye por un cargo único, o estampilla, que traspasará directamente al consumidor todos los costos de transmisión. Una regulación muy similar a la europea, cuyas redes de potencia enfrentan serios problemas de congestión debido a la dificultad de construir nuevas líneas.

Notas

  1. Fernando Díaz, Alexander Galetovic y Cristián Muñoz, “Diagnosing Congestion in a Radial Network: A Simple Method”, mimeo, 2015.

Fernando Díaz

Director del Departamento de Dirección y Gestión de Empresas de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad Diego Portales. Magíster en Ciencias en Finanzas y Economía de London School of Economics and Political Science, Inglaterra.

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