La carbono neutralidad no es gratuita. Sólo reducir en un 40% los GEI al 2030, le costaría a Europa €260.000 millones anuales en inversiones. Es así que el Plan Verde de Inversión de Europa está diseñado para atraer al menos un billón de euros de inversión pública y privada durante la próxima década.
Alemania se convertirá en el primer país en abandonar la energía nuclear y del carbón bajo un acuerdo histórico que compensará a los trabajadores, las empresas y los gobiernos regionales a medida que se desconecten las plantas.
El objetivo para 2030 es cumplir la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo tanto la salida irá acompañada de grandes inversiones en energía renovable.
Por su parte, una editorial del Financial Times señala que es responsabilidad del gobierno y no de los empresarios altruistas.
Explica que a los gobiernos les puede gustar la idea de subcontratar la descarbonización a los mercados financieros. Pero serían los políticos quienes deben tomar la iniciativa. Solo ellos pueden ordenar los cambios regulatorios necesarios, alentar nuevas tecnologías y establecer el marco fiscal a partir del cual puede surgir un nuevo sistema energético. Es solo cuando esto sucede que los gestores de fondos pueden desempeñar su papel, examinando los planes divulgados por las compañías para reducir las emisiones de dióxido de carbono, ayudando así a sus clientes a evitar responsabilidades climáticas.
BlackRock, el administrador de fondos más grande del mundo, ha anunciado que la descarbonización estará en el centro de sus decisiones de inversión. En la carta anual a los directores señaló que la emergencia climática está alterando la forma en que los inversores ven las perspectivas de las empresas. Reconoce que los mercados financieros han sido más lentos para reflejar la amenaza al crecimiento económico y la prosperidad que representa la crisis climática, que los manifestantes que han salido a las calles.
BlackRock, que gestiona activos por valor de US$6,9 bn, incluidas las grandes participaciones en los principales productores de petróleo como BP, Shell y ExxonMobil, ha sido acusado de hipocresía por los activistas ambientales por votar contra las mociones de los accionistas a tomar medidas sobre la crisis climática.
Los precios del carbón térmico podrían recuperarse este año, a medida que la sobreoferta se ajuste. Tras perder alrededor de un tercio de su valor el año pasado, la demanda de algunos países del sudeste asiático está creciendo y la sobreoferta se estrecha por las restricciones financieras a la mayor capacidad productiva.
Esta sería la perspectiva a corto plazo, ya que los inversores anticipan a largo plazo la desaparición del uso del carbón, debido a políticas que fomentan la generación de energía renovable y gas natural más limpio, así como la presión pública sobre las empresas para luchar contra el cambio climático y aumentar la desinversión de los activos del carbón.
Por último, es improbable que aumente la demanda china de GNL estadounidense mientras se mantengan los aranceles, manteniéndose la abundancia en la oferta de este combustible.
En virtud de un acuerdo comercial de primera fase entre las dos economías más grandes del mundo firmado esta semana, China se ha comprometido a comprar un suministro adicional de US$ 52,4 mil millones en suministros de energía de los Estados Unidos, incluido GNL, durante los próximos dos años.
Pero un arancel del 25% impuesto por China al GNL estadounidense, que ha llevado el precio del gas estadounidense por encima del mercado spot y restringido las compras, permanece por ahora, mientras que Washington y Beijing negocian un acuerdo comercial de segunda fase.
Según los analistas, se espera que la demanda china de GNL por encima de los contratos existentes sea de entre 15 y 25 millones de toneladas anuales durante los próximos dos años.
Karin Messenger
Editora de Breves de Energía.