En este momento estás viendo Impuesto al carbono, regulación prudencial a comercializadores, incendios forestales en California e hidrógeno australiano
  • Tiempo de lectura:4 minutos de lectura
  • Comentarios de la entrada:Sin comentarios

Según un columnista del Financial Times, ni las petroleras con sus planes de plantar bosques para absorber el dióxido de carbono, ni los demócratas con su Green New Deal sirven para detener el  cambio climático. A su juicio, la mejor manera es un impuesto al carbono con base amplia sobre el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, mucho menos costoso y que podría motivar la acción en una escala más grande. Cada parte de la economía y cada decisión estaría determinada por ese impuesto.

Todo producto en venta se puede diseñar, producir, transportar y consumir de una manera que pueda aumentar o reducir las emisiones de carbono. Un impuesto al carbono favorece a las energías renovables, pero también empuja al reemplazo del carbón por el gas natural. Además, fomenta la eficiencia en el diseño de automóviles, y casas.

El regulador de energía del Reino Unido (OFGEM) determinó que  las primas para las compañías comercializadoras de energía que deseen ingresar al mercado de este país, aumentarán casi cinco veces a partir del mes de junio, después de la quiebra de algunas pequeñas empresas de comercialización de electricidad.

Las empresas que quieran vender electricidad y gas a los hogares británicos tendrán que probar que tienen fondos suficientes para comerciar durante un año. También sus directores, accionistas principales y gerentes deberán tener licencia para operar, lo que significa que tendrán que declarar cualquier condena penal o participación en negocios anteriores fallidos.

Esto en un contexto dónde el número de nuevos proveedores en el mercado nacional de energía del Reino Unido se ha disparado en los últimos años, de 14 en 2011 a un máximo de 73 en junio del año pasado, ya que el gobierno ha fomentado una mayor competencia en el mercado.

Tesla y Panasonic suspenderán su plan de expandir su producción de baterías. Al parecer el costo de las baterías supera el que había sido presupuestado en la proyección de ventas de vehículos eléctricos. La intención era aumentar la capacidad en la llamada “gigafactory” en aproximadamente un 50 por ciento para 2020, pero los problemas financieros obligaron a repensar y congelar los planes de gastos.

Australia se posiciona como líder en la producción de hidrógeno y planea exportarlo. Incluso este podría convertirse en una alternativa al GNL y otros combustibles fósiles en la próxima década.

Cada año, el mundo consume 55 millones de toneladas de hidrógeno, una cifra que se espera que aumente durante los próximos diez años. A medida que países como Japón y Corea del Sur adoptan el hidrógeno para descarbonizar sus economías en respuesta al cambio climático, se espera que la demanda mundial aumente en ocho millones de toneladas a partir de 2030 a cerca de 35 millones de toneladas para 2040.

Si bien el hidrógeno tiene varios fines, es probable que la mayor demanda provenga de su uso como combustible para automóviles eléctricos propulsados ​​por hidrógeno, transporte pesado de larga distancia y transporte público.

California busca soluciones para que las distribuidoras reduzcan su explosión financiera, a causa de los riesgos asociados a los incendios forestales.

La quiebra de PG&E muestra que estas compañías podrían no ser capaces de soportar esos costos. En el caso de PG&E, esos costos podrían sumar un estimado de US$30 mil millones para incendios en 2018 y 2017.

Una solución sería que el estado mantenga dos fondos para pagar los daños causados ​​por los incendios forestales. Estos podrían desembolsar los pagos a los propietarios y empresas que perdieron sus propiedades en incendios forestales más rápidamente de lo que lo podrían hacer las empresas de servicios públicos.

Karin Messenger
Editora de Breves de Energía.

 

Agregar un comentario