La firma RWE cerrará su última planta a carbón en el Reino Unido en 2020, quedando solo cuatro plantas de carbón que abastecerán a los hogares británicos.

Por su parte, en los Estados Unidos una ola de quiebras golpea a la región minera de carbón de Wyoming y Montana, debido a que las centrales eléctricas han decido abandonar este combustible.

En ese país, el carbón ha perdido cuota de mercado en el sector eléctrico a causa del gas natural y los combustibles renovables, como la eólica y la solar. Ahora representa menos de una cuarta parte de la generación total en comparación al casi 40% de cinco años atrás.

Las compañías eléctricas han anunciado el retiro de más de 546 unidades de energía a carbón que suman aproximadamente 102,000 megavatios de capacidad en esta década, según la Agencia de Información de Energía (IEA). De acuerdo a predicciones de la EIA las centrales eléctricas consumirán 537,7 millones de toneladas cortas de carbón este año, 74 millones menos de lo previsto hace 12 meses. La caída del 2.2 por ciento en las emisiones de dióxido de carbono en el país  en este año se debería al menor consumo de carbón.

Con 27.000 millones de barriles de petróleo en recursos y 2.000 millones en reservas, Argentina ha doblado su producción de petróleo y aumentado su producción de gas respecto de la década pasada. Vaca Muerta podría replicar el éxito de Eagle Ford o Bakken en los Estados Unidos. Sin embargo, Argentina presenta importantes diferencias con los Estados Unidos incluyendo restricciones financieras, falta de infraestructura y mayores costos de producción, los que retrasarían un incremento sostenido en la producción de los recursos no convencionales.

El impulso de las energías renovables no afecta la dependencia de los combustibles fósiles. Un nuevo informe pronostica que el carbón, el petróleo y el gas seguirán contribuyendo con alrededor del 85% del suministro de energía primaria para 2040, en comparación con el 90 por ciento de hoy, poniendo en peligro los esfuerzos para contener el cambio climático.

Las emisiones de carbono continuarán aumentando, y su crecimiento recién se desaceleraría en 2030. La demanda de energía, liderada por el aumento de las poblaciones en las economías de Asia y África, aumentará en al menos un 25 por ciento para 2040.

La ola de calor con  récords históricos  en Europa se hizo mucho más probable por el impacto humano en el clima. Tanto así que no cesan los incendios forestales, la sequía y el derretimiento de hielos en Groenlandia.

Meteorólogos y climatólogos de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, la Universidad de Oxford y otras instituciones descubrieron, que el calor extremo en Francia y los Países Bajos, donde las temperaturas alcanzaron un máximo de 40°C, fue al menos entre 10 y 100 veces más probable por el cambio climático. Hubo una variación considerable de un lugar a otro, pero en todos los lugares estudiados los científicos dijeron que habría sido 1.5 a 3°C más frío sin el calentamiento global.

Según los analistas, la energía limpia proporcionará el 35% de las necesidades totales de electricidad de Australia en dos años (2021). Sin embargo, la penetración masiva de energía solar ha deprimido los precios en el día, llevándolos a valores nulos, situación que frenará la llegada de nuevas inversiones y amenaza con más salidas de plantas a carbón que no pueden competir con las centrales renovables, pero que son necesarias para las horas en que las centrales solares no producen. Similar situación enfrentan los países con una cuota importante de generación renovable intermitente y volátil.

 

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