Por Denisse Salinas
La generación eólica y solar fotovoltaica se han desarrollado y extendido durante los últimos años. Sin embargo, a pesar de que sus costos de operación son menores que los de la generación con combustibles fósiles, sus costos de inversión por unidad de energía son más altos y las cuentas de electricidad se han elevado. Así, el consumidor, sin estar al tanto de ello, ha estado subsidiando a las energías renovables. Es por ello que Australia está repensando sus políticas de fomento a estas tecnologías.
AUSTRALIA comenzó a hacerse cargo del cambio climático (CC) en 2001 cuando se impuso el objetivo de desarrollar fuentes de generación eléctrica de bajas emisiones de carbono. Sus esfuerzos se intensificaron a partir de 2009 con elRenewable Energy Target (RET), cuya finalidad es incentivar la instalación de energías renovables para abastecer el crecimiento de la demanda y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Su meta principal era que el año 2020 el 20% de la electricidad fuera generada con energías renovables. La meta fue fijada en 41,000 GWh anuales proveniente de proyectos a gran escala, proyectándose, aunque sin obligación, 4.000 GWh adicionales provenientes de paneles solares instalados en hogares y comercios. La demanda por electricidad en Australia alcanzó en 2013 los 190.000 GWh, unas tres veces la de Chile. En ese mismo año, cerca del 87% de la generación provino de energía fósil, mientras que la generación eólica y solar sumó el 4%.
En 2011, el RET se dividió en dos partes: el Small-scale Renewable Energy Scheme (SRES) para instalaciones menores a 100 kW (comercial o domiciliario) y elLarge-scale Renewable Energy Target (LRET) para grandes plantas de generación eléctrica. Ambas le permiten a la generación de fuentes renovables crear certificados, cada uno equivalente a 1 MWh, que luego son comprados por comercializadores de energía, quienes tienen la obligación de vender la cuota anual de energía renovable.
El mecanismo del SRES se popularizó entre los consumidores residenciales, quienes podían generar su energía eléctrica con sus propios paneles solares, molinos de viento o pequeñas centrales hidráulicas. El gobierno introdujo las solar feed-in-tariffs, para pagar por la energía que los consumidores inyectaban a la red vendiéndosela a los comercializadores de energía. También creó el Federal Government rebate, un subsidio a la instalación de equipos financiados con la venta de los certificados descritos líneas arriba. Gracias a este plan los paneles solares se hicieron bastante populares, entre otras cosas porque los hogares podían paliar los considerables aumentos de precio de los últimos años. A marzo del 2015, se habían instalado casi 4.1 GW en paneles (el equivalente a la cuarta parte del Sistema Interconectado Central de Chile), con aproximadamente 1.4 millones de instalaciones a nivel nacional.
Los proyectos de la categoría LRET resultaron ser mayoritariamente plantas eólicas, una tecnología madura y con buenos sitios cercanos al sistema interconectado, lo que la convirtió en la mejor candidata, con un costo de producción promedio, levelized cost of energy (LCOE), que varía entre 80 y 130 AUS$/MWh. Por contraste, las plantas solares se encuentran aún en etapa de desarrollo y su LCOE varía entre 170 y 440 AUS$/MWh. Además, los mejores sitios solares están lejos de la red (por ejemplo en el desierto) y es necesario una fuerte inversión en transmisión. Así mismo, el costo de la geotermia, mareomotriz y energía marina es aún bastante elevado, aunque se espera que a medida que la tecnología madure vaya disminuyendo. Por último, en Australia la mayor parte de la generación hidráulica disponible ya se desarrolló.
La revisión de las metas durante el gobierno de Abbot
Durante 2014 el gobierno del Primer Ministro Tony Abbot revisó las distintas políticas para mitigar el cambio climático y promover las energías renovables. En 2014 abolió el impuesto a la emisión de CO2, o carbon tax, por creer que encarecía la electricidad sin disminuir de forma importante las emisiones de gases. Lo sustituyó por un fondo de reducción de emisiones de $2.55 billones de dólares australianos, el cual intenta ser el mecanismo principal para la reducción de CO2.Con respecto al RET, se le solicitó una revisión a un panel de expertos. Esto debido a que la demanda por energía eléctrica no ha crecido como se había estimado y, por lo tanto, los 41.000 GWh anuales en 2020 ya no serán el 20% sino el 27%.
La menor demanda por electricidad también se explica por la instalación de paneles solares en los hogares y comercios. Si bien no existía una meta de generación anual estimada para el año 2020 proveniente de paneles solares a nivel residencial/comercial, se esperaba que ésta fuese en torno a 4.000 GWh, sin embargo, en 2012, se estimó que se generarían 11.000 GWh. El exceso de generación solar ha provocado fuerte clamor de las empresas eléctricas, y en las comercializadoras de energía, quienes han visto disminuidos sus ingresos, ya sea, por la menor demanda por electricidad, o bien, porque los paneles solares generan durante aquellas horas cuando el precio de la electricidad es más cara y desplazan generación convencional.
Las recomendaciones del panel de expertos
En agosto del 2014, el panel de expertos concluyó que en los próximos años los subsidios del RET le costarían al gobierno del orden de AU$22.000 millones en valor presente, que se suman a los AU$9.400 millones en subsidios acumulados entre 2001 y 2013.
El informe destaca que el RET no ha entregado mayor beneficio a la economía Australiana, siendo más bien una transferencia de riqueza hacia los productores de energías renovables, con una escasa reducción en las emisiones de GEI. El Panel recomendó modificar el RET para adaptarlo a la menor demanda por electricidad y a la disponibilidad de alternativas más baratas para mitigar emisiones de GEI. Con respecto al LRET, recomendó, ya sea, mantener el esquema de subsidios para las centrales existentes pero eliminarlo para los nuevos proyectos, o bien, revisar cada año la meta de renovables y limitar los subsidios a no más del 50% del crecimiento de la demanda. En relación al SRET, de manera similar el panel recomendó eliminarlo, o bien, adelantar su eliminación gradual a 2020 en vez de 2030. Además, el tamaño máximo de la elegibilidad de los sistemas sería reducido hasta llegar a un máximo de 10kW en vez de 100kW, limitando el subsidio a los hogares.
La propuesta del gobierno y la reacción de la industria
Debido a la incertidumbre, sobre los cambios en la regulación, la inversión en renovables ha disminuido y se han paralizado proyectos. Además, no hay acuerdo a nivel político, con la propuesta del gobierno de disminuir la meta desde 41,000 GWh a 26,000 GWh. La oposición sólo está dispuesta a una disminución menor, razón por la cual, en marzo de 2015, el gobierno propuso reducir la meta a 32.000 GWh, no obstante, la nueva propuesta aún no ha entrado al parlamento para su aprobación.
Más aun. Los productores de energía renovable y los partidos de la oposición, afirman que el gobierno quiere proteger a la industria del carbón en Australia (una de las principales en ese país). Así mismo, Clean Energy Council argumenta que el aparente exceso de energía renovable debería ser usado para retirar unidades a carbón.
Conclusiones
Más allá de la discusión política interna, Australia viene de regreso de las energías renovables no convencionales, situación que también se advierte en Europa. Si bien, ha cumplido holgadamente con las metas, al parecer, la economía del país y el consumidor final, no han visto los beneficios prometidos. Todo lo contrario, las cuentas de electricidad han aumentado, principalmente para aquellos hogares de menores ingresos que sólo pueden obtener electricidad desde la red, y que finalmente, son los que terminan pagando los paneles solares a los hogares más pudientes. Por otra parte, Australia no ha logrado reducir de manera importante sus emisiones de GEI.
Esta situación ha llevado a la actual administración del Primer Ministro Tony Abbot a estudiar con cuidado las políticas que fomentan estas tecnologías.
Denisse Salinas
Energy analyst, en 1Circle, Melbourne Australia.
Ingeniero Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María, MBA de la Universidad de Chile y Master of Energy Systems de la Universidad de Melbourne.
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