En 2015 Mark Z. Jacobson afirmó en la revista de la National Academy of Sciences que los Estados Unidos podrían prescindir completamente de los combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo) en 30 años más. Una nueva red eléctrica integraría a las energías hidráulica, eólica y solar con fuentes naturales de almacenamiento que lidiarían eficazmente con la intermitencia. El estudio también afirma que a esa altura generar toda la energía con fuentes renovables costará menos que cualquier alternativa que incluya generación con combustibles fósiles. Se trata de una predicción un tanto audaz, considerando que en 2016 Estados Unidos generó apenas el 10% de su energía primaria con fuentes renovables, y menos del 3% con energía solar y eólica.
Sin embargo, la misma revista acaba de publicar un estudio que rebate a Jacobson. El nuevo estudio afirma que la modelación de Jacobson contiene errores y que sus supuestos son improbables e inadecuados. Por ejemplo, para arribar a su proyección de cobertura y costos Jacobson supone que en 2050 estarán disponibles y ampliamente difundidas una serie de innovaciones actualmente no disponibles, tales como aviones impulsados por hidrógeno.
Adicionalmente, la capacidad de almacenamiento de energía supuesta por Jacobson es más de dos veces toda la capacidad de generación existente hoy en los Estados Unidos. Así, según Jacobson en 2050 toda comunidad tendría un sistema subterráneo de almacenamiento de energía que le proveería servicios a cada hogar, negocio, edificios de oficinas, hospital, escuela y fábrica de los Estados Unidos. Sin embargo, Jacobson omitió el costo de la infraestructura física (tuberías y líneas de distribución) necesaria para que el sistema funcione.
Tal como se puede apreciar en la figura, en 2016 sólo el 3,2% de la energía primaria que se generó en el mundo se produjo con fuentes renovables. Más aun, la mayor penetración de fuentes de sol y del viento ha demostrado ser un desafío para la red eléctrica en Alemania, California, Texas, Australia y España, las que lidian con las consecuencias de la intermitencia. El futuro visualizado por Jacobson parece un tanto más lejano que 2050.