El precio del carbón impacta en la operación óptima de las centrales, en los precios spot de la energía y en los pagos laterales trasladados a los clientes. La selección de las mezclas, facilitaría el ejercicio de poder de mercado de los generadores con generación termoeléctrica.
En 2023 se vertió el 9% del total de la generación eólica y solar fotovoltaica, sin embargo, mientras se perdía esta energía y el precio spot del Sistema Interconectado era nulo, se continuaba pagando la estabilización de precios a los pequeños generadores solares FV.
A pesar de los acuerdos en las COP, el uso de combustibles fósiles continúa en aumento, resultando poco factible estabilizar el incremento en la temperatura según las recomendaciones del IPCC y poniendo en duda la efectividad de las transiciones energéticas locales y aisladas.
La falla en la regulación ha llegado a tal extremo, que cuando la energía se está vertiendo y el precio spot es nulo, los generadores de pequeña escala están eximidos de participar en los vertimientos y se les debe continuar pagando el Precio Estabilizado. El costo del subsidio pagado a los generadores solares ya acumula US$253 millones.
Las temperaturas globales alcanzarán nuevos récords en los próximos cinco años, sin embargo, en Chile, la principal preocupación sigue siendo la reducción de emisiones. Con todo, las emisiones de CO2 han seguido en aumento, mientras que la adaptación a los impactos en el clima sigue en espera.
El Precio Estabilizado que reciben los generadores solares de pequeña escala, es casi el doble del costo nivelado eficiente de generar electricidad con esta tecnología.
La reasignación actúa como una compensación parcial a los generadores renovables que invirtieron bajo la promesa de que las líneas de transmisión estarían construidas a tiempo.
La masiva entrada de generación solar FV de pequeña escala bajo el régimen estabilizado, conlleva importantes ineficiencias al sistema y no es financiera ni tecnológicamente neutro.
A pesar del aumento explosivo de nuevas centrales solares en el norte del país, el abastecimiento del sistema continúa siendo precario, transformando al decreto de racionamiento, concebido para situaciones excepcionales, en algo cada vez más frecuente.
Un sistema de transmisión desbordado, costosos criterios de seguridad y generación termoeléctrica inflexible, están entre las causas tras los problemas financieros del sector.