De acuerdo a una columna de opinión del Financial Time, es demasiado tarde para detener el cambio climático y los países deben adaptarse y comenzar a vivir con sus graves consecuencias.

Según investigaciones si se recurriera como solución a las energías renovables, se necesitaría triplicar la construcción eólica y solar de la noche a la mañana y mantener esa nueva tasa de crecimiento durante décadas. Por lo tanto, es muy probable que no se alcancen las emisiones “netas nulas” para 2050, y la humanidad logre un aumento en las temperaturas promedio de la superficie de 4 grados centígrados o más.

La lección para Chile, es que se deben realizar rápidamente inversiones y definir políticas que permitan adaptarse a los impactos del cambio en el clima.

Los desarrolladores eólicos marinos Ørsted y Equinor se adjudicaron la construcción de grandes proyectos para suministrar energía a Long Island y la ciudad de Nueva York. Estos han sido denominados como la mayor adquisición de energía eólica de los Estados Unidos de la historia, y deben estar terminados en 2024.

El estado tiene un objetivo de energía eólica marina de 9 gigavatios para 2035, y la mayor parte fluirá hacia Long Island y la ciudad de Nueva York, dos centros de carga masiva con opciones limitadas para la generación de energías renovables a gran escala.

El New Deal Verde de Nueva York es una ley climática agresiva que estipula 70% de energías renovables para 2030, una descarbonización completa del sistema eléctrico del estado para 2040 y la casi eliminación del carbono de toda la economía de Nueva York el 2050.

En el Reino Unido colapsan los esfuerzos de ahorro de energía después de los recortes de los subsidios del gobierno.

Según un informe del Estado la búsqueda de eficiencia energética en las viviendas se ha derrumbado en casi un 85%. Las últimas cifras muestran que en mayo, cerca de  10 mil propiedades se beneficiaron de las medidas de eficiencia energética, como un mejor aislamiento y las actualizaciones de calderas, las que eran cercanas a las 30 mil en el mismo mes en 2015 y 2016. La culpa del descenso sería entonces la falta de inversión pública en eficiencia energética los últimos años, pese a que los estudios suelen mostrar a estas medidas como una forma barata de reducir las emisiones de carbono.

El informe surgió tras una dura advertencia de los parlamentarios la semana pasada de que el Reino Unido no tiene ninguna posibilidad de cumplir sus objetivos de crisis climática, sin una revisión importante de los programas de eficiencia energética.

Siguen los problemas con la instalación de medidores inteligentes en este mismo país. Alrededor de uno de cada cinco medidores inteligentes de segunda generación ― diseñados para corregir la falla de sus antecesores cuando un usuario cambia de proveedor de energía― ha tenido problemas para compartir la información del uso de energía o conectarse a la nueva red nacional de datos. Esto significa que los hogares podrían ser incapaces de conocer su comportamiento en el uso de energía y su proveedor podría no estar recibiendo lecturas de medidores confiables, los dos beneficios principales de estos dispositivos.

En Texas, una disputa legal entre compañías de shale gas podría restringir los permisos para ventear gas a la atmósfera. Esta práctica es cada vez más común entre los productores de los Estados Unidos con exceso de oferta de shale gas.

El precio del carbono se ha disparado en la Unión Europea. Tanto así, que el precio alcanzó un valor récord de €29.27 por tonelada de CO2, el doble del nivel de enero del año pasado. Las nuevas políticas climáticas han llevado a los precios a niveles récord.

Es así que según los datos compilados por BloombergNEF, una caída en los precios del gas natural junto con un aumento en el costo de la emisión de dióxido de carbono redujo la rentabilidad de la generación de electricidad de la quema de carbón.

La tendencia es evidente en Italia, España, Alemania y el Reino Unido, cada uno de los cuales ha reducido la proporción de carbón en sus mezclas de energía este año.

El cambio en Europa es parte de una tendencia global. Los abundantes suministros de gas barato están reduciendo la cuota de mercado del carbón en los Estados Unidos. De hecho, las nuevas terminales de exportación están exportando gas estadounidense barato a todo el mundo, lo que ha llevado a los países de Asia, especialmente a China y Pakistán, a comprar GNL como alternativa al carbón para la generación de energía. Sin embargo, la reciente caída en el precio del carbón podría amenazar esta tendencia.

 

 

Karin Messenger

Editora de Breves de Energía.

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