La COP 25 habría fracasado en acordar metas de reducción de emisiones más ambiciosas y en establecer un único precio al carbono a través de un mercado mundial de reducciones. Según recientes estudios del IPCC, se requieren de importantes reducciones de CO2, de modo de poder cumplir con las metas climáticas recomendadas.

Los informes científicos apuntan a que 2019 será un año de récord de temperaturas y que  las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, volverán a marcar un nuevo máximo histórico. Por eso, la ONU advirtió que se deben multiplicar por cinco los esfuerzos globales previstos si se quiere que el incremento de la temperatura se quede por debajo de 1,5°C respecto a los niveles preindustriales. Y por tres si se aspira a que ese incremento esté por debajo de los 2°C (la otra meta que se establece en el Acuerdo de París). Los planes (que se conocen por las siglas en inglés NDC) que tienen ahora los países llevarán al menos a 3,2 grados de incremento.

La Unión Europea finalmente acordó un objetivo de todo el bloque de alcanzar la carbono neutralidad para 2050, pero sin el apoyo de Polonia, situación que dejaría este acuerdo como no vinculante. Algunos otros países más pequeños también acordaron objetivos climáticos similares a largo plazo.

Por último, los países pobres han acusado a un puñado de naciones más ricas de retrasar el progreso para enfrentar la crisis climática. Se señaló que Brasil, India y China actúan para bloquear el acuerdo sobre el artículo 6 (centrado en el rol de los mercados de carbono) y la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS) advirtió que sus países sufrirían más si no se toma una decisión. Enfatizaron que la crisis climática estaba ocurriendo ahora, con aumentos del nivel del mar, tormentas más intensas, inundaciones y sequías que ya causan devastación.

Nuevos cuestionamientos han surgido respecto de la carbono neutralidad de la biomasa. En efecto, la conversión de plantas a carbón a biomasa en Finlandia, Alemania y los Países Bajos, emitiría 67 millones de toneladas de carbono a la atmósfera, lo que es poco probable que sean reabsorbidas por árboles en crecimiento en los plazos relevantes para cumplir con el Acuerdo de París, señalaron expertos de la comunidad científica. Además, esto implicaría la extracción de bosques a gran escala para satisfacer la demanda de pellets de madera. Más del 50% de la energía renovable europea se produce quemando biomasa y en BdE ya habíamos advertido sobre las dudas que habían surgido respecto de la contabilidad ambiental de esta fuente de energía.

Un reciente artículo se refiere a que los bancos centrales ya deben incorporar en sus análisis el riesgo financiero del impacto del cambio climático. De este modo, el Banco Central Europeo (BCE), advirtió a los parlamentarios europeos que es probable que una revisión de su política monetaria tenga en cuenta los efectos del alza en la temperatura.

Unas recientes mediciones de satélite mostraron que, en una instalación de Exxon en 20 días se liberaron alrededor de 120 toneladas métricas de metano por hora, es decir, en ese período se lanzó más metano que todas las emisiones reportadas de las industrias de petróleo y gas de países como Noruega y Francia.

En un período de 20 años, una tonelada de metano tiene un poder de calentamiento de la atmósfera equivalente a 80 toneladas de CO2, lo que explica la preocupación por las constantes fugas de metano desde las instalaciones de gas y petróleo. Es relevante señalar que las fugas de metano no son consideradas en los factores de emisión de CO2 equivalente del gas, situación que no permite una comparación del todo correcta con otras fuentes emisoras.

La IEA reporta que el carbón sigue siendo uno de los principales combustibles en los sistemas energéticos mundiales, representando casi el 40% de la generación de electricidad y más del 40% de las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía.

El reporte concluye que en los próximos cinco años, la demanda mundial de carbón se mantendrá estable, impulsada por el mercado chino, que representa la mitad del consumo mundial. Sin embargo, la demanda de carbón podría verse afectada por nuevas políticas climáticas, precios más bajos del gas natural o desarrollos en China.

Karin Messenger

Editora de Breves de Energía.

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