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Con la caída de los precios de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), y las bajas sustanciales en los precios de las centrales eólicas y solares, el sector eléctrico está viviendo un profundo proceso de reestructuración, a causa de los menores precios de electricidad en el mundo.

En el Reino Unido, por ejemplo, la británica SSE y la alemana npower (Innogy), dos de las más grandes empresas de energía en UK, acaban de anunciar que se fusionarán, con lo que de manera conjunta suministrarán electricidad y gas a más de 13 millones de clientes.

En mayo de este año, también en el Reino Unido, la empresa Engie anunció su ingreso al negocio del retail de electricidad, mediante la venta de electricidad generada por fuentes renovables para hogares, a precios diferenciados, como también la venta de servicios de control inteligente del uso de la energía para hogares. En 2016, Engie ya había informado sobre la venta de sus centrales a carbón y diésel en todo el mundo (en Chile representa el 67% de su capacidad instalada).

La italiana Enel, en tanto, anunció en 2016 su alianza con Nissan, de modo de potenciar las redes eléctricas y el uso de vehículos eléctricos. Adicionalmente, informó este año que cerrará todas sus plantas termoeléctricas en 2035 en Chile − una medida algo simbólica si se considera que una parte importante de sus activos termoeléctricos son de larga data−.

Por su parte, E.ON, una de las mayores empresas generadoras en Alemania, separó durante 2016 todas sus centrales termoeléctricas en una nueva empresa llamada Uniper, para enfocarse en las energías renovables, las redes de energía y las soluciones de los clientes. Adicionalmente, anunció en agosto una asociación con Google para proporcionar a los clientes una calculadora solar en línea. Su herramienta Sunroof calcula la cantidad de energía que un panel solar puede generar en función de variables como el tono del techo y los patrones climáticos.

En otra arista de la baja de precios, se observa que la masividad y disponibilidad de la energía renovable no despachable, eólica y solar, ha traído muchos nuevos actores. En España, se subastaron 2.000 MW de energía renovable durante mayo de este año, de un máximo de 3.000 MW que el gobierno planeaba licitar. La ganadora, la casi desconocida Forestalia, se adjudicó el 60% de la subasta, con una oferta basada en centrales eólicas. Esta misma empresa, en la subasta de 2016, se adjudicó 300 MW con una inversión de 350 millones de euros, con equipos de Gedi (Guandong Electric Power, China). Recientemente, en  Alemania poco más de 1.000 MW fueron adjudicados a nuevos generadores.

Adicionalmente, Global Infrastructure Partners, inversionistas con sede en Nueva York, en conjunto con un fondo soberano Chino anunciaron en octubre que adquirirán una cartera de 180 proyectos en Australia, Japón, India, Indonesia, Filipinas y Tailandia, con una capacidad instalada total de 11.135 MW (poco menos de la demanda máxima de Chile).

De continuar el exceso de plantas solares y eólicas chinas, se espera que todos estos cambios continúen y se profundicen durante 2018.

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