Luego de iniciados los disturbios en el país, la menor actividad económica se reflejó en una importante caída en el precio spot del sistema, costo marginal de la energía. En efecto, el fuerte impacto en las ventas de energía, amenaza, en particular, a los generadores que no están protegidos por contratos, o bien, por el precio estabilizado.
La figura muestra que entre el 18 de octubre, día de inicio de los disturbios en el país, y el 10 de noviembre, el costo marginal de la energía, se desplomó a un promedio de 32 dólares por megavatio-hora, un 23% menor al promedio de las primeras semanas de octubre.
Si se compara con el Precio Básico de Energía que la Comisión Nacional de Energía (CNE) proyectaba para octubre, en junio de este año, de US$43.4/MWh, la caída del costo marginal alcanza a un 26%. Peor aún, el desplome del precio llega a un 43% respecto de los 56 dólares de octubre de 2018.
La principal causa de la caída del precio estaría en el menor consumo de electricidad. Entre el 18 de octubre, día de inicio de los disturbios en el país, y el 10 de noviembre el consumo promedio horario fue de 8.071 MW, un 5% por debajo de igual período de 2018, y un 8% por debajo del consumo de las semanas previas de octubre.
En los generadores, el impacto dependerá de su exposición al costo marginal. Aquellos que no posean contratos de suministro serán los más afectados, con un impacto directo en sus ventas. En el caso de los generadores de energía renovable sin contratos, la caída en sus ventas será directamente proporcional a la caída del costo marginal de energía.
Por su parte, aquellos generadores con contratos, en particular, con las distribuidoras, tendrán un doble efecto. De un lado, la caída del costo marginal les permitirá incrementar el margen comercial del contrato, sin embargo, del otro, también disminuirán sus ventas físicas de energía, de manera que el efecto neto, dependerá de cómo este constituido su portafolio comercial.
Los clientes regulados de las distribuidoras, no recibirán el beneficio de los menores precios, pues su demanda se encuentra comprometida en contratos de largo plazo, a precios sustancialmente mayores al costo marginal del sistema.
De continuar la inestabilidad política del país, tanto el consumo como los precios de la electricidad se verán afectados en el largo plazo, lo cual, muy probablemente redundará en el retraso, o en la reconsideración de inversiones en nuevos proyectos de generación. Incluso peor, golpeará fuertemente la factibilidad financiera de los generadores altamente expuestos en el mercado spot.
Cristián Muñoz
Editor de Breves de Energía.
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