La operación forzada de centrales a diésel permitió juntar reservas adicionales en los embalses con un costo significativo para generadores y clientes. Sin embargo, las proyecciones de déficit se basaron en escenarios extremos que sobrevaloraron las reservas que se necesitaba.
A raíz de la guerra en Europa, los países desarrollados han suspendido el retiro de sus centrales a carbón; una manera de asegurar la continuidad en el suministro de electricidad y de limitar los altos costos de generación.
Tribunal de Defensa de la Libre Competencia da por terminado procedimiento contencioso iniciado en contra de la Comisión Nacional de Energía por Condición de Inflexibilidad.
La brusca caída del costo de falla trae implicancias en la planificación de la operación de las centrales, en los precios del sistema y en las compensaciones que recibirían los clientes ante cortes en el suministro.
La extensión del decreto preventivo de racionamiento incorpora la mantención de una disponibilidad de diésel de seguridad. Sin embargo, el mecanismo podría ser caro y tardío.
Las reservas en los embalses son escasas y bajarán más en los próximos meses. Al operarlos gestionando riesgos, se pueden lograr reservas adicionales que permiten enfrentar de manera más holgada el próximo trimestre.
El precio internacional del gas continúa al alza, una situación que podría comprometer el suministro eléctrico local.
Una buena parte del parque termoeléctrico a petróleo no cuenta con un suministro continuo de este combustible, agravando la estrechez en el suministro de electricidad.
La aplicación de la nueva metodología de GNL regasificado gestionable derivó en que los precios spot de la energía se desacoplaran de los crecientes precios internacionales de los combustibles.
La prolongada sequía por la que atraviesa Chile, determina la necesidad de aplicar criterios más conservadores en el uso del agua de los embalses con fines de generación.