Las energías renovables intermitentes introducirán serios problemas operaciones en el sistema y no ayudarán a bajar los precios. La política energética correcta debe ser tecnológicamente neutral y asegurar que sean las centrales eficientes las que se incorporaren al sistema.
El sueño alemán de sustituir la energía nuclear y los combustibles fósiles por ERNC pareciera estar llegando a su fin. El gobierno alemán introdujo la mayor reforma de los últimos 24 años, reduciendo sustancialmente los subsidios a las energías renovables y la capacidad máxima de fuentes intermitentes que se puede incorporar al sistema.
El Senado de Australia finalmente aprobó la propuesta del gobierno que elimina el impuesto al carbono. Este impuesto se volvió impopular luego del alza que provocó en las tarifas de electricidad.
Cuán competitivo sea el GNL norteamericano en el mercado mundial depende de varios factores: los costos medios de producción de largo plazo del shale gas, el costo de la cadena de transporte, la evolución de la demanda interna por gas natural y la respuesta de la competencia.
El proyecto de ley que se discute en el Congreso introduce impuestos a las emisiones locales y de carbono de las centrales termoeléctricas. Estos nuevos gravámenes implicarán un aumento en el costo de la energía, pero sin una mayor mejora en la calidad del medio ambiente.
En julio del 2012 Australia introdujo un carbon tax, como medida para regular las emisiones de CO2. A fines del 2013, sin embargo, el nuevo gobierno decidió revocar el carbon tax y revisar sus metas de energía renovable, como una forma de responder al descontento surgido por los costos que está implicando la agenda climática.
Un impuesto chileno a las emisiones de CO2 tiene sentido solamente si el mundo acuerda una política climática vinculante de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Los costos de la hoja de ruta definida por Europa para transitar desde los combustibles fósiles hacia las energías renovables, están reduciendo la competitividad de la industria, y han despertado en los gobiernos reparos sobre su efectividad.
La agresiva agenda climática del Reino Unido sería la causa de la postergación de nuevas inversiones en centrales termoeléctricas de base. La significativa reducción del margen de reserva operacional del sistema eléctrico y el aumento en el consumo, están amenazando a Inglaterra con un crisis energética.
La revolución del shale gas transformará los mercados regionales de gas, sin embargo, sus efectos tardarán algún tiempo en llegar, principalmente en países que como Chile, no cuentan con reservas propias potencialmente explotables.